El desequilibrio de algunas hormonas puede hacer que se cambie de talla ¿Sabes si las tuyas funcionan correctamente?
¿No consigues adelgazar a pesar de seguir una dieta saludable? puede que tus hormonas sean las culpables. Estos mensajeros químicos del cuerpo regulan, activan o inhiben la actividad de un tejido u órgano determinad viajando a través del torrente sanguíneo para conseguir actuar sobre ellos. Sin embargo, cunado se ven alterados, por distintas causas, como el estrés, dejan de funcionar correctamente y provocan, entre otros problemas, un aumento de peso.
¿Afecta el estrés al peso?
El ritmo de vida frenético que llevamos en las últimas décadas puede generar trastornos hormonales que favorecen los kilos de más. Por ejemplo, el estrés y la falta de sueño activan el cortisol, una hormona que favorece el apetito y la acumulación de grasa. El estrés también ocasiona a veces un exceso de estrógenos , hormonas que pueden llegar a producir obesidad cuando se tienen niveles elevados.
Por otro lado, el hipotiroidismo, que se da cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas, hace engordar a algunas personas.
¿Qué hormonas son las que más nos afectan?
Aunque muchas hormonas influyen en nuestro peso, las que lo hacen más directamente son:
- Cortisol: cuando estás estresado, tu cuerpo aumenta su producción. El estrés crónico y los niveles altos de cortisol en forma constante pueden estar asociados con el aumento del apetito y de peso según varios estudios.
- Estrógenos: son hormonas sexuales, principalmente femeninas, aunque también las segregan los hombres. Los estrógenos son producidos por los ovarios, la placenta (durante el embarazo) y, en menor medida, las glándulas suprarrenales. Los estrógenos son responsables del desarrollo de las características sexuales secundarias, como el crecimiento de las mamas. Pero además, intervienen en e metabolismo de las grasas y el colesterol, disminuyen la tensión arterial y participan en la distribución de la grasa corporal. Aunque están presentes en el cuerpo en pequeñas cantidades, tienen un papel fundamental en el mantenimiento de la salud, así como en la distribución y localización de la grasa.
- Insulina: Esta hormona es producida por el páncreas, cuya función principal es controlar el metabolismo de la glucosa. Al ayudarnos a mantener unos niveles adecuados de azúcar en sangre, interviene también el control de nuestro peso corporal.
- Leptina: Es la hormona responsable de la sensación de saciedad. Actúa enviando una señal de plenitud al cerebro e inhibiendo el apetito, activa el gasto energético (pérdida de grasa) y afecta a numerosos procesos metabólicos. Al ser su función principal inhibir la ingesta de alimentos y aumentar el gasto energético, ayuda a mantener constante el peso corporal.
- Ghrelina: Se secreta en el estómago y su función principal es regular la ingesta de alimentos, el equilibrio energético y, por tanto, el control del peso corporal. La secreción de ghrelina sigue un ritmo circadiano: muestra un pico antes de cada comida y disminuye tras la ingesta de comida. Al contrario que la leptina, es una hormona que aumenta la sensación de hambre. En niveles elevados aumenta la grasa provocando un aumento de peso importante.
¿Cómo reconocer cuál es el problema?
Lo ideal es acudir a un médico endocrino que con un análisis de sangre puede descubrir si nuestros niveles de hormonas son los correctos. Para tratar los desequilibrios, el médico pautará una dieta personalizada, ejercicio y un tratamiento específico, que normalmente consiste en la administración de hormonas que el cuerpo no segrega (tiroideas, insulina...) o la supresión de los fármacos que dificulten la actividad de la glándula endocrina afectada. Si las hormonas están implicadas en la causa del aumento de peso, en ningún caso se debe recurrir a otros remedios que no sean los que prescriba el médico endocrino ya que las consecuencias en la salud a largo plazo pueden ser importantes.
Si el problema viene del estrés, se puede recurrir a ayudas naturales para mejorar los niveles de cortisol en el cuerpo. Desde meditar, practicar yoga, salir a caminar y respirar en la naturaleza...
Como hemos comentado, el estrés y la falta de sueño activan el cortisol, favoreciendo el apetito y la acumulación de grasa. Para ayudar a reducir el estrés y conciliar mejor el sueño, en Glo hemos desarrollado la tisana 28 NIGHT RELAXING PROGRAM, galardonada del premio bienestar al mejor té relajante noche en The ShortList Beauty Awards. Una agradable manera de ayudarnos a descansar mejor por la noche e incluso reducir el nivel de estrés durante el día, favoreciendo nuestro bienestar y reduciendo la probabilidad de ganar peso a causa del estrés.